jueves, 21 de abril de 2016

¿BRINCAN O SE ENCARAMAN? una reflexión rápida sobre las contradicciones. Por Walther Sierra

La crisis evidente del modelo imperante hace surgir las contradicciones del individuo; estas contradicciones a su vez hacen que se agudice el discurso.

Las contradicciones se evidencian en mayor medida, en la mal llamada clase media, que ante el colapso del modelo que los oprime, ven amenazada la sostenibilidad de su "nivel" de vida, ven en riesgo el "reconocimiento" de sus pequeñas conquistas (títulos universitarios, reconocimiento social, entre otras cosas) así como también el mantenimiento de sus pequeños trofeos (casa, carro, tv de pantalla plana, tomar vino, viajar)

Asumiendo que son esas pequeñas conquistas y esos trofeos los principales elementos que los "diferencian" de la prole y los acercan más a sus dominadores, en ese proceso conocido y definido por el marxismo como alienación, la alineada clase media en su afán de proteger sus "privilegios" (creyendo falsamente que algún día será como los "amos" del valle) se convierte en el principal elemento reactivo de la contrarevolución, alimentada y promovida de manera permanente por quienes controlan el modelo imperante.

En esa clase media reactiva y reaccionaria, obviamente hay cabida para nuestra izquierda exquisita de cafetín, intelectualoides de oficio, sobaqueadores de libros, neo-hipster's de orilla, expertos parafraseadores, pensadores de pendejeras esteriles y demás fauna que, en medio de sus contradicciones, aún coexiste casi a la fuerza con la idea de "querer ser de izquierda".

Ante el inminente quiebre del modelo, a esa fauna solo le quedarán dos alternativas viables al momento de las definiciones. Se quedan definitivamente atados a sus cadenas, tratando de salvar sus conquistas y sus trofeos, sirviendo a sus amos, tratando de vivir la fantasía del "algún día seré como tal o cual", o al más puro estilo de las ensenanzas de Jesús el de Nazaret, asumen el desprendimiento, lo abandonan todo y finalmente se suman a la construcción del modelo planteado por la revolución, sustentado en valores inherentes a la naturaleza del hombre: amor y justicia social, a pesar de las embestidas de la bestia.

Dicho de otra forma, estamos llegando al llegadero, no es la revolución la que está en crisis, es el modelo imperante, que no es otro que el capitalismo (así les suene a cliché) allá los que se dejen atar por sus contradicciones.

Es sencillo, está facilito, ¿brincan o se encaraman?

Walther Sierra.

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