viernes, 14 de octubre de 2016

Sobre el poder y el "Jalaboleo" Por Walther Sierra @WALTHERSM1

Lo más sencillo, lo más práctico, lo más fácil, lo más acomodaticio, es asumir actitudes complacientes y en extremo serviles, lo que en criollo se traduce a la expresión "Jala Bolas".

El camino complicado, menos práctico, difícil, menos acomodaticio, es hacer las cosas bien, trabajando correctamente, asumiendo posición firme y manteniéndola a pesar de las consecuencias; en criollo eso también puede tener traducción, y a veces le llaman "Ser Contestón".

Alguna vez escuché a alguien decir "más vale 'jalar' bolas a la sombra, que 'jalar' escardilla al sol". La expresión no necesita mayor explicación, así como tampoco fue necesario hacer mucho esfuerzo para definir el perfil de la persona que se hizo portavoz de esa máxima jalabolística.

De Jalabolas estamos llenos, unos más que otros. Los hay de diferentes tipos y en todos los niveles, todos cumplen con características similares, casi todos lambiscones, aduladores, complacientes y hasta simpáticos, convertidos en una especie de bufones en las cortes de nueva era. Muchos lo son en extremo, llegando a atentar contra su propia dignidad, a esos los podemos clasificar en la categoría de "arrastraos" o "lame suela".

Los jalabolas pueden llegar a ser peligrosos. Se manejan a diario en el mundo de la intriga y la mentira, son sus principales armas y herramientas para garantizar su permanencia cerca del "jefe", que muchas veces también tiene sus jalabolas favoritos, este los conoce perfectamente y por eso los mantiene cerca, pues por una parte -como todo perro faldero que se respete- los jalabolas son escandalosos y/o "escamosos", por lo que uno o varios jalabolas cerca le sirven para advertir la presencia de cualquier elemento -bueno o malo- que pretenda acercarse a él, y por la otra, el jalaboliao sabe que debe vigilar de cerca a sus jalabolas, pues nunca se sabe con que van a salir.

El jalabolas es traicionero y cobarde. En su naturaleza acomodaticia, al percibir que su "amo de turno" ya no representa un elemento que pueda brindarle beneficio o protección, el jalabolas huye, se esconde, se escabulle, se hace "el toche" y va buscando poco a poco la forma de arrastrarse y echarse rápidito a los pies de un nuevo amo, de un nuevo jalaboliao que lo proteja y le sea de mayor beneficio, para lo cual no escatima en hacer lo que sea necesario.

En este punto de salida, el jalabolas se monta el camuflaje de "gente crítica", entonces despotrica, desmerita, habla paja, inventa, echa cuentos y más que cuentos chismes sobre su anterior amo, para garantizar hacerse con una nueva imagen que le permita deslindarse definitivamente de su pasado de perro faldero.

Aunque a simple vista el tema de los jalabolas parezca algo simple y banal, ese tema es cosa sería. Son cosa sería los jalabolas, pues entre adulancia, intriga, mentira, traiciones, cobardía, inventos y chisme nos tienen jodíos.

Los jalabolas son una montonera, que conforman entre si, un muro de bloqueo en torno al poder y hacen muy bien su trabajo, aislando y hasta llegando a impedir que quien tiene responsabilidades de gobierno cumpla con su trabajo. Al final, el que se jode es el pueblo y la factura se la pasan a la revolución.

Sí, de jalabolas estamos llenos, pero igual con eso hay que avanzar. Dependerá de los líderes y los dirigentes si se dejan aislar y bloquear, si se dejan joder dejando que sus jalabolas los alejen del pueblo. Esperemos que no, ojalá Chávez los ilumine y les espante los jalabolas. Amén.

Walther Sierra.
@WALTHERSM1

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